domingo, 12 de febrero de 2012

Mi parte estéril

Yo soy Cecilia Martino. Un caso real, como cualquiera.
Soy mujer. Pero soy mujer sin hijos. Y además soy mujer estéril.
Así de fuerte como suena, así de fuerte me sonó a mí.
Sin embargo, creo en el mito del Ave Fénix. Y también creo en el gozo de narrar. Soy feliz contando.
Quiero hablar de la temible soledad que es la esterilidad. Y siendo además psicóloga, me doy cuenta, a partir de mí misma, de que hay mucho por decir.
Lo que se escucha, o escribe, acerca de no poder tener hijos es el relato repetitivo del proceso para llegar a tenerlos, frecuentemente de la boca de alguna psicóloga cuyo discurso teórico no es más que un montón de lugares comunes, obviedades y palabrebrío sensiblero de final de cuento feliz. O, en contados casos, la perorata de algún lacaniano en indescifrable y abstracta palabra.
No me olvido tampoco de los nuevos escritores espirituales. Ahora está lleno de ellos que siempre tienen algo para decir, palabras que se adecuan a todo tipo de sufrimiento, que sea lo que sea que pase, siempre dan bien. Es una palabra conciliadora.
Lo que yo quiero contar es otra cosa.
Es el mundo de mis contradicciones. Es una palabra tensa, tal vez incómoda.
Quiero contar lo indecible, no porque no haya palabras para nombrarlo sino porque de la esterilidad no se escribe a todas tintas. Son puros eufemismos.
No le tengo miedo a la exposición. No le tengo miedo a lo negro de mi corazón. Disfruto del humor negro. No son palabras de compasión. Ni de consuelo.
Son sentimientos en estado puro, visceral.
Desordenados.
Es un juego, una reinvención, una metáfora de una parte de mí, de mi parte estéril.

4 comentarios:

  1. Cecilia:

    Te felicito por la valentía de acometer un tema a todas luces desgarrador para cualquier mujer que haya pasado por la dolorosa experiencia de buscar un hijo infructuosamente.
    Hartos de los libros de autoayuda y de quienes asumen la experiencia ajena como propia sin saber de lo que están hablando, intentos como el tuyo (a juzgar por este prometedor texto inaugural) se abren cancha a los codazos, destilando dolor y honestidad.
    Un saludo cordial

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  2. te felicito por tu iniciativa en poner tu luz sobre una tematica llena de sombras y verguenzas colectivas..gracias... gracias por todas las mujeres y hombres q vas a rescatar del dolor y el frio q se alimenta en la oscuridad del"no comprender"

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  3. Grande Chechi! Me encanta lo q escribís, tan increíblemente humano! Sos una excelente escritora y tenés una buena dosis de creatividad. Encontraste la forma de expresarla por lo tanto, estás a salvo de q la situación te dañe demasiado: al menos eso dicen Uds "ponerle la palabra sanadora". Me gustaron mucho tus relatos!!! los ficcionales y los de vida, creéme, me hiciste sentir lo q siente una mujer q no puede tener hijos. Un abrazo Chechi y te seguimos leyendo. Tity

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  4. La esterilidad es un tema central. De niños nos enseñan que los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren. Si no nos reproducimos aparece un sentimiento de estar en falta, con uno mismo y con la sociedad. La pareja que no procrea siente la tensión de esa falta, especialmente frente a la mirada de los otros. Incluso la persona que expresa su desinterés en tener descendencia es mirada con una mezcla de extrañeza y reprobación. Se piensa que algo extraño hay en su conducta.Cuando no nos reproducimos parece que atentáramos contra la naturaleza. Repìto que lo considero un tema profundo, complicado, sencible y, según los casos hasta trágico. Por algo García Lorca escribió una obra como Yerma. Espero que este blog crezca y que muchas personas aporten sus experiencias. Seguramente nos enriqueceremos todos. José.

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