Hace tiempo, tanto
que no se puede contar, había en el cielo dos lunas, la nuestra y otra
chiquita. Estaban unidas por un hilo
de plata.
A veces el hilo se
estiraba y ellas quedaban tan lejos que parecía que iban a cortarlo, y otras, cuando el viento las juntaba, se
pegaban y parecía que la luna grande tenía un chichón.
Dicen que en la
luna chiquita vivían todos los chicos, que fue ahí donde estuvieron siempre antes de venir para acá, y
cuando había personas que querían ser papás y mamás, le escribían una
carta a la cigüeña pidiéndole un bebé porque
era la única que podía volar tan alto y traer a los nenes de la lunita.
Hay algunos papás
que querían dos, entonces la cigüeña les traía mellizos; aunque parece ser que
los primeros mellizos que vinieron fue porque los chicos hicieron una travesura
y lograron sortear los controles de viaje de la cigüeña, que no se dio cuenta
que venían los dos enredados en un solo pañal.
Un día, uno de
los nenes extrañaba tanto su vida en la
lunita, que aprovechó uno de los viajes
de la cigüeña y viajó de colado.
Así fue cuando al llegar a la lunita, les
contó a todos los chicos, lo que pasaba acá si les tocaban padres aburridos.
La noticia causó
gran alboroto y el griterío fue tremendo.
Estaban asustados,
entraron en pánico ante la posibilidad de perder todos sus derechos, porque
allá se divertían todo el tiempo, si se olvidaban de algo nadie los retaba
porque total estaban en la luna, los días pasaban llenos de aventuras divertidas, a veces se trepaban por el hilo
de plata y se iban a la otra luna donde descubrían nuevos escondites y agujeros
para jugar a la escondida y se cansaban todo el día de hacer la caminata lunar.
Los días de eclipse
eran una fiesta, se reían sin parar buscándose en la oscuridad y adivinando
quien era quien.
Tenían mucho que
perder, por eso fue tal el revuelo por la noticia.
Debían pensar muy
seriamente qué hacer porque sabían que esta decisión les cambiaría la vida para siempre.
Quedaron atrás esas
ideas que acá era más divertido que en la lunita, nunca habían tenido noticias
de que las mamás y los papás mandaban a dormir a los nenes, tampoco que tenían
que ir a la escuela, ni que cuando no eran más chiquitos se les olvidaba la
risa. Ni que los eclipses se veían tan lejos.
Con todo esto,
cuando pararon de gritar y llorar decidieron hacer una gran reunión donde todos
opinaron acerca de lo que convenía hacer.
Algunos decían que
tenían que seguir como siempre esperando que viniera la cigüeña, y otros,
pensaron que era muy arriesgado hacer el viaje, que tal vez nunca más podrían
jugar o reírse tanto.
Entonces, por
primera vez no se pusieron de acuerdo y se hicieron dos grupos: los obedientes
a la cigüeña y los desobedientes.
Los desobedientes
dijeron que ellos de la lunita no se irían y que además, se iban a esconder
para siempre para que la cigüeña no los encontrara; entonces fue cuando los obedientes se fueron por el hilo a la luna grande para que la cigüeña pudiera encontrarlos.
Cuando el último de
los obedientes terminó de cruzar el hilo, el más desobediente de todos lo cortó
y la lunita se fue alejando hasta perderse entre las estrellas.
Dicen desde
entonces, que los luceros brillan tanto, porque son los chicos desobedientes
que no quisieron venir y que andan saltando de una estrella a otra,
alumbrándonos con su luz.
ME ENCANTO !!!!! UN BESO GRANDE A TODOS ESOS LUCEROS QUE BRILLAN POR LA NOCHE ♥
ResponderEliminar